sábado, 11 de octubre de 2008

Es la bolsa, estúpidos

No os perdáis la parábola que publica en su blog Alberto Montero, sobre el funcionamiento de Wall Street.

"Una vez llegó al pueblo un señor muy bien vestido, quién luego de instalarse en el único hotel, publicitó en el minúsculo diario local que pagaría 10 dólares por cada mono que quisieran venderle.
Los campesinos, que sabían que el bosque aledaño estaba lleno de monos, salieron corriendo a cazar monos.
El hombre, como había prometido, compró todos los monos –cientos- a 10 dólares cada uno y sin chistar.
Llegó un momento en que los campesinos perdieron el interés porque la cacería se tornaba más difícil merced a la disminución de monos.
Entonces el hombre ofreció 20 dólares por cada mono, y los campesinos corrieron otra vez al bosque.
Nuevamente fueron mermando los monos, y el hombre elevó la oferta a 25 dólares, y los campesinos volvieron al bosque, cazando los pocos monos que quedaban, hasta que ya era casi imposible encontrar uno.
Llegado a este punto, el hombre ofreció 50 dólares por cada mono, pero, como tenia negocios que atender en la ciudad, dejó a cargo de su ayudante el negocio de la compra de monos.
Una vez que el hombre se hubo ido del pueblo, su ayudante se dirigió a los campesinos diciéndoles:
“Fíjense en esta jaula llena con miles de monos que mi jefe les compró para su colección. Yo les ofrezco venderles a ustedes los monos por 35 dólares, y cuando el jefe regrese de la ciudad, ustedes se los venden por 50 dólares cada uno.”
Los campesinos juntaron todos sus ahorros y compraron los miles de monos que había en la gran jaula, y esperaron el regreso del “jefe”.
Desde ese día, no volvieron a ver ni al ayudante ni al jefe. Lo único que vieron fue la jaula llena de monos que compraron con sus ahorros de toda la vida”.

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