viernes, 14 de marzo de 2008

Observatorio

Las personas que vivimos en un estado de derecho, estamos obligadas a acatar las leyes y a mantener nuestras afirmaciones y nuestras acciones dentro de la más estricta legalidad.

Durante esta campaña, me horrorizaba día sí y día también con los discursos que la derechona más fascistorra vomitaba a través de mítines o declaraciones en prensa.
Todos y todas tenemos una labor pedagógica en nuestro mundo, una sociedad prospera intelectual y moralmente si la gran mayoría de sus miembros lo hace y su parlamento lo promociona o apoya a través de las leyes.

La clase política está más obligada todavía a ser pedagógica, a dar ejemplo de tolerancia, respeto y a guardar las formas democráticas y de mínima educación. Solo así avanzaremos y lograremos modelos de convivencia basados en el respeto y la tolerancia.

El Partido Popular se ha metido en parajes muy cenagosos durante estos cuatro años y ha llegado a hacer apología de xenofobia y profundo clasismo durante la campaña, porque a ellos no les interesa el desarrollo de la sociedad: una sociedad más culta es aquella capaz de asimilar más de tres ideas, es capaz de ser crítica con las decisiones que se toman, capaz de darse cuenta cuando le toman por idiota, capaz de pensar con la cabeza y no con el pancreas...

Cuando desde el poder supremo del partido (suponiendo que sea Rajoy) se alientan o consienten manifestaciones como los pitidos que dedicaron a Zapatero los votantes del PP reunidos la noche del 9-M en Génova, se está enviando un mensaje de tolerancia hacia las actitudes más impropias y más fuera de lugar en una democracia.
Quizás deberiamos plantearnos la creación de un Observatorio para el control de las declaraciones políticas en época electoral, un ente que pudiera llamar la atención al ¿Sr? Arias Cañete, e indicarle que NO se puede afirmar que los camareros inmigrantes son incompetentes o que las mujeres ecuatorianas se hacen mamografías por capricho y porque es gratis.

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