sábado, 15 de marzo de 2008

Quizás sí sea Alarte...

En la sombra de Aznar, hoy apuestan por Jorge Alarte para liderar a los socialistas valencianos. Yo sigo teniendo mis dudas sobre esta persona, no me gusta que haya privatizado los servicios sociales en Alaquàs, pero reconozco su gran labor como alcalde: consiguió que el Castell volviera a manos municipales, después de haber servido como salón de bodas privado expuesto al expolio. Allí ha situado la escuela de adultos, dándole un uso nada "elitista", ahora es un espacio para la gente y no un mausoleo sin más visitas que las telarañas como nuestro Museo del Rajolar o nuestro Auditori Municipal.
Puso en marcha foros de participación ciudadana reales hace muchísimos años, se tomó la educación tan en serio que las AMPAS del pueblo besan el suelo que pisa.

Si, debo reconocer que es un magnífico candidato para liderar el socialismo valenciano, y nos merecemos uno urgentemente después del esperpento que tuvimos que padecer con Pla.

Os dejo un artículo de Ferran Belda a propósito de la dimisión de Joan Ignasi Pla el pasado mes de octubre.

Joan I. Pla es malo hasta para defenderse.
FERRAN BELDA


El día en que Enrique Roig admitió, a preguntas de Levante-EMV, que le había vendido a Zaplana un piso de 320 m2 en Jardines del Real por el mismo precio que lo adquirió, a pesar de que se lo había reformado a lo grande y con algo más que parqué, el ahora portavoz del PP en el Congreso ni pestañeó. Dejó caer como con desgana lo que, con el correr del tiempo, se convirtió en su excusa más manida:«Si esto es todo lo que tienen contra mí...». Y continuó jugando al monopoly con la Comunitat Valenciana como tablero.

Se descubre el pastel de que la señora de Pla tiene el privilegio de cocinar en un obrador alicatado, amueblado y equipado hasta el techo con lo último en domótica y primero balbucea, unas horas después emite un quejumbroso comunicado que nada bueno comunica y, por último, lee otro pliego que nada nuevo aporta, salvo que alguien le quiere mal. ¿Y cómo no le van a tener tirria si matándolo no paga el daño que ha infligido a la izquierda valenciana desde que se creyó capacitado para convertirse en secretario general del PSPV? Estos días se han recordado algunas de las pellas que han terminado enlodando su imagen, pero tengo para mí que los documentalistas se han olvidado de la mejor, la del plan de jubilación. Donde esté el acuerdo al que llegó con Zaplana para que todos los expresidentes de la Generalitat disfrutaran de un sueldo vitalicio, que se quiten todas las recomendaciones de Alaquàs y de Rabassa porque no hay color.
Esa componenda en virtud de la cual ninguna de las dos Escarlatas O´Hara abajofirmantes volvería a pasar hambre y sed de güisqui puso de manifiesto algo que no estábamos en condiciones de imaginar. Por un lado, que Zaplana no creía en esa ingente capacidad de ahorro que le ha permitido tirar de piso de 500 m2 en la Castellana, de yate en las Baleares y de aerotaxi todo el año. Y, por contra, que JIP creía tanto en sí mismo que daba por supuesto de que con ello no tendría que volver a conducir un autobús en su vida.

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